Carta a mi amor vampiro...

Esta noche volveré como todas las noches a transitar las calles oscuras para ir en tu búsqueda. La hermosa aventura nocturna de acompañarte.
Seguir tus pasos, tu andar silencioso que conozco de memoria porque sé de tu secreto. Ese que tanto aborreces, que te hace sentir condenado, el que detesta hasta el cansancio, negándote cada día lo que eres, odiando tu existencia.
Sé que esta noche como todas las otras saldrás en busca de tu alimento, a cazar tu presa como un felino, al igual que cualquier otro depredador.
Odias eres, lo que ello significa, y sin embargo no entiendes que yo te amo así, que idolatro eso que sos.
Admiro como tus sentidos se ponen alerta ante la presencia de la sangre caliente que llega hasta tí, siento tensarse tus músculos, sosegar la marcha, atento a los movimientos de esa que hoy será tu víctima. Sé cómo las eliges, que tratas de ser justo y llevarte a aquellos que son tan nocivos como tú.
Siento tus dientes desgarrar la carne, succionar el néctar que corre por las arterias, beber con desesperación, pasión, quedarte con su esencia, su vida, destruir el cuerpo para que no queden huellas.
Allí recuerdas que aunque me lo has prohivido estoy allí y me miras, tus ojos piden como cada noche perdón, como si me horrorizara lo que haces. Y yo te amo no importa lo que seas porque he descubierto que aunque digas que no tienes corazón, dentro tuyo hay un ser tan dulce, tan especial como a ningún otro que haya conocido.
No demandes mi compación porque no hay pecado en tu accionar, sólo es tu instinto y lo respeto.
Adoro tu alma, tus modos, tu ternura aunque digas que no existe, en tu interior hay tanto amor como ningún mortal haya tenido alguna vez.
Por siempre tuya.