
FELIZ 2009!!!
MIS QUERIDOS VAMPIROS QUE VISITAN ESTE LUGAR!!

LAS LEYES DE LOS VAMPIROS
Tal como fueron reveladas a Armand por Santino
PRIMERA
Que cada aquelarre debe tener su líder y sólo él podría ordenar la operación del "Oscuro Truco" sobre un mortal, viendo que los métodos y los rituales fuera apropiadamente observados.
SEGUNDA
Que los Dones Oscuros no deben entregarse nunca a tullidos, lisiados o a niños, o a aquéllos que no puedan, incluso con los Poderes Oscuros, sobrevivir por sí mismos. Que se entienda también que todos aquellos mortales que reciban los Dones Oscuros deberían ser hermosos en persona para que así el insulto que se hace a Dios sea mayor cuando se lleve a cabo el "Truco".
TERCERA
Que nunca debe un vampiro viejo realizar esta magia por miedo de que la sangre del novato sea demasiado fuerte. Puesto que todos nuestros dones incrementan de forma natural con la edad, y los ancianos tienen demasiada fuerza para transmitirla. Heridas, quemaduras – estas catástrofes, si no destruyen a la Criatura de Satán, sólo incrementarán sus poderes cuando se cure. Y sin embargo Satán guarda al rebaño de los poderes de los ancianos, puesto que casi todos, sin excepción, se vuelven locos.
A este particular, que Armand observe que no había vampiro que viviera entonces y que fuera mayor de 300 años. Ninguno vivía entonces que pudiera recordar el primer aquelarre romano. El diablo llama frecuentemente a sus vampiros a casa.
Pero que Armand comprenda aquí también que el efecto del "Oscuro Truco" es impredecible, incluso cuando se transmite por parte del vampiro muy joven y con todo el debido cuidado. Por razones que nadie sabe, algunos mortales, cuando nacen a las Tinieblas, llegan a ser tan poderosos como Titanes, mientras que otros pueden ser no más que cadáveres que se mueven. Es por eso que los mortales deben elegirse con habilidad. Debería evitarse a aquéllos con gran pasión e indomable voluntad, así como a los que carezcan de tales por completo.
CUARTA
Que un vampiro jamás puede destruir a otro vampiro, excepto el maestro del aquelarre, que tiene poder sobre la vida y la muerte de su grey. Y es su deber además el conducir a los ancianos y a los locos al fuego cuando no puedan seguir sirviendo a Satán como deberían. Es su obligación destruir a todos los vampiros que no hayan sido debidamente "hechos". Es su obligación destruir a aquéllos que estén heridos de tanta gravedad que no puedan sobrevivir por sí mismos. Y finalmente es su obligación el buscar la destrucción de todos los proscritos y todos aquéllos que hayan violado estas leyes.
QUINTA
Que ningún vampiro revelará jamás su verdadera naturaleza a un mortal y dejará al mortal que viva. Ningún vampiro debe revelar jamás la historia de los vampiros a un mortal y dejarle vivir. Ningún vampiro debe poner por escrito la historia de los vampiros ni ningún verdadero conocimiento de los vampiros por miedo a que dicha historia sea encontrada por los mortales y la crean. Y el nombre de un vampiro no debe ser conocido jamás por los mortales, excepto de su lápida, y jamás debe ningún vampiro revelar a los mortales la ubicación de su guarida o la de otros vampiros.
Supersticiones en Torno a los Vampiros
Elizabeth Bathory –conocida como La Condesa Sangrienta– era la esposa de un conde que siempre estaba ausente debido a su intervención en sucesivas guerras. Como la condesa se aburría de esta forma de vida, y de la eterna espera, comenzó a estudiar Magia Negra. Este aprendizaje la condujo a siniestros experimentos que luego explicaremos.
Cuando el primo de la condesa registró la ausencia de un número considerable de mujeres, sospechó de las extrañas conductas de Elizabeth y envió un escuadrón de soldados para capturarla.
Probada su culpabilidad, Elizabeth ahorró la ejecución por tener sangre real, pero fue condenada a vivir el resto de su vida encerrada en una torre, con las puertas y ventanas cerradas. Sus cómplices fueron todos ejecutados.
La historia de Bathory nutrió numerosas leyendas sobre el vampirismo e inspiró a varios escritores. El elevado nivel de sadismo de la condesa, sumado a la pobreza y al analfabetismo de la población de aquellos tiempos, contribuyeron a la proliferación de las supersticiones acerca de los vampiros y del hombre lobo en Europa Oriental y Meridional.
Elizabeth Bathory en su baño de sangre |
La creencia en los "Vrykolakas" (nombre eslavo asignado a los “hombres lobo”) y la superstición de los vampiros son dos mitos entroncados e indisociables.
La palabra “vampiro” se acuñó recién hacia el año 1726, luego de una tremenda plaga de murciélagos. Primero fue creada en alemán, Vanpir, tal como revela un informe acerca de un caso de “vampirismo”. Este vocablo derivó luego en el francés “vampyre”, hacia 1732. Finalmente nació la palabra inglesa “vampire”.
Los intelectuales y racionalistastas del siglo XVIII –también llamado el Siglo de las Luces– se esmeraron por destruir supercherías y creencias infundadas. Los eruditos, los doctores, los filósofos y los miembros de la Iglesia cuestionaron la existencia de “cómplices” del Diablo.
Un monje benedictino francés conocido como Calmet publicó una obra donde cuestionó la verdad de los vampiros. Pero tanta atención brindada a estos seres fabulosos sólo promovió el fanatismo exacerbado: muchas personas de los países europeos subdesarrollados comenzaron a usar las cejas juntas –para imitar el rostro de los vampiros– y también dejaron cabello en el dorso de sus palmas.
Para atrapar vampiros se utilizaban vírgenes montadas sobre caballos pura sangre (totalmente blancos o absolutamente negros) para hacer de señuelos. También se creía que el caballo comenzaría a relinchar y a alzarse cuando estuviera de pie sobre la tumba de un vampiro.
Historia de Vampiros Parte II
VAMPIRISMO DURANTE EL RENACIMIENTO
El fenómeno del vampirismo continuó en boga durante el Renacimiento, aunque de manera esporádica. Y se reactivó notablemente a partir del siglo XIV durante las pestes que asolaron las regiones centrales de Europa, como Prusia, Silesia y Bohemia.
Incluso llegó a interpretarse que la peste bubónica era causada por los vampiros, y el pánico de la infección condujo a gente a la enterrar a sus cadáveres sin siquiera verificar que fueran verdaderamente difuntos...
Fue por entonces que comenzó a pensarse que los vampiros se levantaban de sus sepulcros: eran personas vivas que, al salir de sus tumbas, eran interceptadas por vampiros que le infligían heridas y los transformaban en uno más del grupo.
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LA APARICIÓN DEL MÍTICO DRÁCULA
Más tarde, durante el siglo XIX, Joris-Karl Huysmans se autocalificó como un vampiro auténtico en su novela La-Bas. También en esta época otra figura histórica llegó a ser asociada con el vampirismo: su nombre era Vlad Tepes Dracula, príncipe de Wallachia, un reino antiguo que ahora es parte de Rumania. Cabe mencionar que el apellido “Drácula” significa “dragón”…
Cuatro siglos más adelante, Bram Stoker escribiría la célebre novela Drácula, que durante siglos nos otorgaría el estereotipo del vampiro clásico.
Aunque nunca desapareció totalmente, el auge del vampirismo disminuyó entre los siglos XV y XVII. Sin embargo, hacia 1611, la supersticiosa tierra de Hungría vio nacer las macabras ocurrencias de la condesa Erzsebet Bathory (Elizabeth Bathory, más conocida como la "Condesa Sangrienta").
Historia de Vampiros
¿Cómo se inició la mitología de los vampiros? ¿En qué momento se acuñó la significación del nombre de este ser fabuloso? ¿Qué creencias provienen de supersticiones folclóricas y cuáles de interpretaciones religiosas? Y por último: ¿cómo fue progresando la leyenda de los vampiros a lo largo de los siglos? Aquí indagaremos las fuentes culturales y bibliográficas que tiñeron una de las historias más apasionantes de la literatura fantástica y la historia de los cultos.
EL ORIGEN FUE PERSIA
Desde el principio de los tiempos, las leyendas de vampiros se extendieron por la faz de la tierra... Pero su señal distintiva no es comparable a la de otros monstruos extraordinarios. Desde la Grecia Clásica hasta nuestros días se conoce la leyenda nacida en la antigua Persia: el registro más antiguo que documenta la existencia de los vampiros es un vaso con el dibujo de un hombre luchando contra una extraña criatura que intenta succionar su sangre.
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Más tarde, los mitos babilónicos incorporaron una extraña deidad que se alimentaba bebiendo la sangre de los niños: su nombre es Lilitu o "Lilith".
De acuerdo con los textos hebreos, Lilith fue la primera mujer de Adán, a diferencia de lo manifestado en el Antiguo Testamento bíblico. Debido a su torpeza sexual, abandonó a su marido y se transformó en la Reina de los Demonios y de los espíritus malvados.
En China, durante el siglo VI A.C. se encontraron resonancias de la tradición cultural persa y hebrea. Los mismos antecedentes fueron hallados por antropólogos en India, Malasia, Polinesia, las tierras aztecas de México y la zona de Eskimos.
¿DIOSES O VAMPIROS?
De acuerdo con la mitología azteca, la ofrenda de sangre de jóvenes víctimas a los dioses garantizaba la fertilidad de la Tierra. Pero, aunque éste sea otro antecedente, las clásicas historias de vampiros se originaron en el seno de la civilización europea... Los antiguos griegos comenzaron su gesta.
Existen numerosos dioses bebedores de sangre en la mitología griega y romana, conocidos como Lamiae, Empusae y Striges. Sus nombres fueron históricamente vinculados con el de brujas, demonios y vampiros. Pero estos vampiros, aunque bebían sangre humana, eran sólo deidades y no “muertos vivos”. Se trataba de divinidades capaces de adquirir apariencia humana para poder seducir a sus víctimas.
Con el paso del tiempo y el aumento de popularidad del Cristianismo, el valor simbólico de la sangre se incrementó. La comunión del Espíritu Santo, que incluye beber el vino –símbolo de la sangre de Cristo– y comer el pan –alegoría de su cuerpo– hizo cobrar incomparable relevancia a este fluido vital. Además, durante el siglo XI las brujas y los médicos prescribían sangre de vírgenes para curar enfermedades.