sábado, 22 de agosto de 2009

Peter Plogojowitz



Peter Plogojowitz murió a los 62 años en Septiembre de 1728, en la aldea de Kisilovia en el distrito de Rahm (hoy Slavia).


Tres días después de morir, llegó a su casa en el medio de la noche y le pidió algo de comer a su hijo. Su hijo le dio de comer, y el hombre se retiró. Dos noches después regresó y volvió a pedir comida, que en este caso su hijo le rechazó, apareciendo muerto al día siguiente.

Al poco tiempo varios pueblerinos se enfermaron y se sentían exhaustos. Se les diagnosticó severa pérdida de sangre. Diez vecinos habían fallecido en apenas dos semanas tras sufrir breves enfermedades de 24 hs. Nueve de los muertos juraron en su agonía que habían sido visitados por la primera víctima, Peter Plogojowitz, un campesino bien conocido en la región, su propia viuda relató que pocos días después de ser sepultado, Peter volvió a la casa una noche y exigió sus zapatos. Todos los testimonios coincidían en que el difunto "un cuerpo y una cara sin descomponer, con las uñas y barbas aún creciendo".

Los oficiales prusianos tuvieron que controlar este disturbio. La pequeña villa estaba alborotada por una racha de muertes misteriosas. Los minuciosos oficiales prusianos, labraron un acta con lo que los descontrolados campesinos decían: “Al desenterrar al sujeto Peter Plogojowitz, no se percibió ni el mínimo olor que anuncia la muerte y el cuerpo, excepto porque su nariz estaba algo caída, no mostraba decadencia alguna, la piel se había caído y por atrás crecía una nueva. No sin asombro vi sangre fresca en su boca, sin duda de sus víctimas".

El notario, acompañado de un pope ortodoxo, testificó el tratamiento que los campesinos dieron al cuerpo de Plogojowitz. "Con gran celeridad afilaron una estaca y se la pusieron en el corazón del que surgió abundante sangre fresca, así como de sus oídos y de su boca, mientras el cuerpo se sacudía y movía. Luego lo quemaron hasta reducirlo a cenizas."


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